Viajero >> España: El amigo de Salvador Dalí

Hard Rock Cafe Barcelona
Hard Rock Cafe Barcelona

Es primero de Enero en Barcelona, son casi las 9 de la mañana, y luego de un pequeño café para quitarme la resaca de la noche de año nuevo, he decido a buscar mi “ultimo suvenir”,…, el que finalmente se transformaría en el más importante de todos. Luego de caminar durante horas buscándolo por la Rambla, me detuve en el muelle sin éxito a reflexionar sobre el año recién acabado y el nuevo, y a preguntarme cual sería el suvenir más importante que podría llevarme a casa. Y comencé mal claro, puesto comencé a recordar solo lugares y momentos: como la convención de malabarismo en Múnich, mi primera conferencia en Guimarães, mi encuentro increíble con Paul Cézanne en el Louvre de Paris o con René Magritte en Bruselas, mi familia y yo compartiendo de un Curanto en Hoyo en Chiloé, la misa Papal en el Vaticano la noche de Navidad en Roma, y hasta la noche de año nuevo en el Hard Rock Café de Barcelona, cosas que para mí personalmente si bien serán los mejores recuerdos de mi vida (hasta ahora), no serán jamás el suvenir mucho más importante al cual me refiero: mi familia, mis amigos, me entenderían. Hablo de que estas experiencias tengan un real significado en mi vida, que salgan de la fotografía de rigor, y del efecto facebook, y que influyan en mis decisiones de este nuevo año. Entonces decidí seguir buscando, hasta que de pronto en un pasaje angosto y oscuro, y con un gato que cuidaba su entrada, me percate de un letrero pequeño y roñoso que decía: “Exposición Dalí”. La exposición resulto ser una antigua casa en cuyas habitaciones tenía cuadros arrumbados por montones. En ese momento, me llamo especialmente la atención que hubieran tantas buenas imitaciones al más puro estilo de Salvador Dalí, de los cuales yo no conociera ninguno, y por sobretodo que no estuviera Gala (musa de Dalí) representada en ellos, sino otra mujer. La duda venció otra vez, y entonces me acerque a un costado de las habitaciones para preguntarle a un hombre: – ¿Como se llama ella? –, a lo que me respondió – Ella es Alicia, mi musa: mi esposa –. Y entonces el hombre viejo sentado a un costado de los cuadros resulto ser nada más y nada menos que uno de los cuatro negros y amigo peronsal de Salvador Dalí. Estos personajes, estudiosos del color y la figura humana, siguiendo un estilo común creaban colecciones completas bajo la dirección de un artista, en este caso Salvador Dalí quien finalmente solo colocaba su firma. Esto, pues el objeto de arte son: el autor y sus obras y no, solo sus obras,…, y los negros se caracterizaban por tener el talento pero no el carisma necesario para llegar a ser un artista, para mí, como ingenieros de buenas notas que no saben expresar una idea ,…, de ahí que la mayoría de los artistas sean reconocidos una vez muertos, ya que el carisma que les falto a sus vidas para llegar a ser un artista, surge una vez que se descubren sus miserables vidas,…., pero bueno, no quiero hablarles de arte. Yo quede "loco", el hombre comenzó a contar historias de su amigo Salvador Dalí (mi ídolo desde pendejo) tomando un té completamente amargo, ya que por problemas a la garganta el azúcar no producía ningún efecto en él. Una historia que me llamo particularmente la atención fue sobre una cena – Recuerdo que una vez Salvador nos invito a cenar a su casa – dijo – y antes hacer el brindis de recepción, él mismo exclamó – ¿Dónde está Salvador Dalí? – Todos quedamos mirándonos y pensando: "este hombre está loco", y luego de subir a su habitación y bajar con una corona y una túnica roja simulando ser un rey, él mismo dijo – Yo soy Dalí –. También recuerdo que me decía que Dalí tenía doble personalidad: por un lado, un solitario artista y por el otro, un extrovertido comediante. Le hable de mi proyecto arte y ciencia, de mis ganas de ser artista y a la vez investigador,…, pero sin embargo no podía dejar de preguntarle algo (pensando siempre en mi suvenir), y puesto que fue una de las sombras de Salvador Dalí, y yo que pensaba que siendo artista eras feliz, le pregunte: – ¿Fue feliz? – Y un en chasquido de dedos recordé todas esas noches en que me quedé sin dormir por INTENTAR ser artista ingeniero, y en los problemas que me trajo en el colegio por indisciplina, en la universidad por mi extrema ausencia en las salas de clases, con mis amigos por mi falta de preocupación por ellos, con mis novias por mis ganas de tener un musa buscando en ellas la perfección, y hasta en cosas como mi aspecto por mi constante cara de cansado con grandes ojeras. Y entonces el hombre viejo me dijo lo siguiente: “Si tuviera que vivir de nuevo, haría exactamente lo mismo: ser la sombra de Salvador Dalí, ya que para mí lo más importante no era ser reconocido, sino cultivar mi gusto por el arte, es decir: ser feliz. Estoy seguro que el plan de Dios es que todos seamos felices,  y no famosos ni ricos, y con esto me refiero estar cerca de tu familia, de tus amigos y lo más importante: haciendo lo que te gusta”. Ahora me quedo tranquilo, puesto que me llevo el suvenir mas importante del mundo: la sombra del personaje a quien yo mas idolatro resulto ser igualmente feliz sin tener ningun reconocimiento, es decir: solo haciendo lo que le gusta y estando cerca de sus queridos y amados. Este año 2012 prometo por sobretodo faltar a la regla, dejare de hacer cosas pensando en el éxito que es visto como éxito por los demás, dejare de pensar en lo que debería hacerse y en lo políticamente correcto, prometo también que seguiré buscando a mi musa (yo creo en el mito de la media naranja), prometo que también buscare la forma de hacer viable mi proyecto arte y ciencia (mi proyecto de vida): un trabajo donde haga lo que me guste, y donde mi pequeña familia, mi futura novia, mis hijos y mis pocos pero buenos amigos estén “cerca” de mi. Feliz año 2012.

Saludos del Maestro
Saludos del Maestro

Los muchachos
Los muchachos

Rodolfo Peña

Santiago-Chile


rodolfo@sciences-arts.com

Réne Magritte Museum - Bélgica
Réne Magritte Museum - Bélgica

Ciencias y Artes es un espacio de difusión que busca el equilibrio entre el exceso de ciencia (la estupidez), la falta de arte (la insensibilidad), el exceso de arte (la locura) y la falta de ciencia (la ignorancia).